viernes, 30 de agosto de 2013

La doble moral

La sabiduría siempre lo ha especificado.
La humanidad, precozmente, lo ha contrariado.

"Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas". Mateo 6:24.

viernes, 23 de agosto de 2013

Construir o Destruir

La esencia del procaz y precoz:
Para aquellos que no saben diferenciar entre una errata y un error, esta canción les puede sentar para que aprendan a saber que hay preguntas que nunca merecerán una respuesta:


"Mucho más cómoda es la posiciónde dar la crítica sorda y pedante,

despedazando con rabia y rencor al autor y al cantante.

Sólo mi historia me obliga,

usted no me diga qué frase hay que usar…

haga su cuadro y elija el color de la tinta que quiera mezclar.

Pero nunca se arrogue el derecho de andar por mi techo espiándome la libertad,

que ni una coma le voy a cambiar ni a lo dicho ni al hecho.

Y hasta el final del olvido, maltrecho, diré mi verdad."





Construir o destruir
Ignacio Copani.

viernes, 16 de agosto de 2013

Por Sufrir

Dime tú quién sufre:
¿Sufre más quien quiere hacer sufrir o el sufrido?
Por alguna razón sufre más el que se aflige por corregir su rutina para generar una molestia. Quien tanto predica por independencia, termina siendo relegado a hacer lo que otros demandan. Y es una jugada boba y también sucia, pero es algo pasional, que se hace por el afán de hacer sentir al otro bajo el concepto ingenuo de una razón impura.
Vivir no es someter a vejámenes o ir según va el sentido del viento. El falta de peso, razón de una levedad que no ofrece fruición alguna. 

No pierda su tiempo haciendo sentir mal a las personas. A la larga, quien peor se sentirá es quien hace sufrir, es decir; usted. No sea precoz queriendo ser procaz. 

martes, 13 de agosto de 2013

El oso de felpa

El sol salía tímidamente y rompía una que otra nube matinal. A eso de las 7:30 am de sábado, la humanidad se divide en dos grupos: quienes maldicen estar despiertos a esa hora y quienes aman hacer algo con su vida los sábados en la mañana. 

El autobús colectivo llevaba su cupo lleno. Su intención era transportar cuanta gente le fuera posible desde la Enea hasta la Universidad de Manizales. En la primera fila de puestos, una señora que ya había entrado a la condena mediática de la tercera edad acompañaba a quien podría bien ser su hija y su nieta. 

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domingo, 11 de agosto de 2013

Precoces en la criticadera

No entiendo. Básicamente no entiendo por qué la gente quiere ser como otros.
¿Es que no se dan cuenta lo irritante que es tener un seguidor, un lacayo, un émulo?

Lo más lamentable es que estos precoces aman criticar al resto, sin siquiera fijarse en la gran carencia de vida propia en la que sufren su inferior desgracia.
Es más, no sé por qué le dedico una entrada a esas personitas que tan poco creen ser que necesitan parecerse a otros. Y es que tampoco las entiendo.
¿Alguien para qué debe presumirles a los otros de un plato de comida? ¿Los otros no comen o nunca han comido?
¿Para qué presumen de una gran biblioteca si nunca leen? ¿Qué sentido tiene todo eso?
No entiendo para qué quieren vivir de boca en boca y luego quieren desligarse del mismo Eterno Retorno que construyeron. Es lo que hay y lo que nos tocó. 

De todas formas, más se perdió en el diluvio.

viernes, 9 de agosto de 2013

Hay días precoces

Hay días durante los cuales uno cree que la vida no está hecha para la paciencia. Que el mejor remedio para todo es coger el ratón del computador, con cordón incluído, y girarlo hasta pegarle a alguien en la cara. Y hay días en los que lo mejor es dejar así. 

jueves, 8 de agosto de 2013

Julia

Somos demasiado precoces al hablar, especialmente de música, si es que no somos capaces de anotar ningún título anterior a 1930.
Para nosotros todo se convierte en una canción y olvidamos la música. La sinfonía. La nota. Lo que compone en realidad la vida de la música, más allá de letras y cánticos rítmicos. 

Una muestra desconocida por muchos aquí. Julia. Disfrútenla.




La muestra es cortesía de un usuario desocupado de SoundCloud que subió la canción a la red, pero los derechos de la misma corresponden al maestro Willie Colón. 


¡Grande Willie!

La clase presencial (I)

Soy muy precoz al decirlo; pero no hay cosa más inútil en una facultad de Comunicación Social y Periodismo que una clase presencial, magistral, aburrida y terca, donde hay que acudir a refrescar la página de Twitter en el celular una y otra vez para no caer en las bondades del sueño.   

Francamente, los docentes debieran sentirse alagados al ver que el estudiante prefiere permanecer allí, en su salón, con el respeto a la asignatura mientras duerme, en lugar de irse a casa, al parque o la cafetería a ver el tiempo pasar mucho más rápido y quizás levemente más productivo.

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miércoles, 7 de agosto de 2013

De Jaime Llano González

Reconozco que soy precoz al creer en la música como yo la veo.
Apenas llego a interesarme por la grandiosa música del maestro Jaime Llano González. Varias veces escuché las cuñas radiales sobre un disco compacto con sus mejores interpretaciones en el órgano y la música colombiana. Solamente hasta que en el cumpleaños del Bogotá (475) la reprodujeron hasta que entró en mi gusto. La que se quedó fue la Gata Golosa. Incluso la pedí en un bar en el que estuve el mismo 6 de agosto con el ánimo de volver a escuchar tan grandiosas melodías.

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martes, 6 de agosto de 2013

Una chica procaz

Ella le está contando sus grandes problemas del día. Cree que va a morir sepultada dentro de una bola de nieve de tormentos. Parece que fuera una nueva paciente de un transtorno obsesivo compulsivo que le puede costar en el mercado varias cajas de aromáticas.
Pobre mujer. Cree que se desahoga con su amiga, a quien erróneamente llama así, sin saber que cuando suene el celular a ella le va a importar una nimiedad porque para ella primero estaba contestar el teléfono como si no existiera el menor respeto por el dolor ajeno. 

Primera muestra de procacidad

Es mustra fiel de ignorancia. Así y todo el meollo, siente ofensa al sentir en su ego la amplitud y la bendición de la ignorancia. No saber de la política que salió luego de la Segunda Guerra Mundial no le sirvió para callar y esperar para hablar. Para ella; más precoz, aunque igualmente procaz.