Columna publicada originalmente en La Patria
Visité mi colegio, el Seminario
Menor –Semenor–, hace apenas algunos días para hablar con los estudiantes
próximos a graduarse y entender cuáles son sus expectativas y sus miedos de
cara a la vida que se inicia una vez terminen sus estudios de bachillerato.
Escuchamos muchas historias; unos todavía temen al concepto regresivo de padres de familia que exigen que sean ciertas carreras las que se acepten por sus hijos para poderles pagar la educación superior; también, los que no saben cómo financiar esa etapa, puesto que no han recibido, como muchos de nosotros, educación financiera; cátedra que debería enseñarse desde lo más elemental de la primaria. Estaban los que saben lo que quieren, pero no conocen cómo lograrlo.