viernes, 6 de septiembre de 2013

Dar el paso

Finalmente, tomar el impulso puede ser la decisión más dura. Una vez ya se inicia el conocimiento real de la senda, es cuando más fuerza se necesita para mantener una voluntad inquebrantable que no pierda su fortaleza y la voluntad no termine en nada más que lamentos. 

Es la precocidad propia de la ambición la que llena de nubosidad el entable tan real que es padecimiento diario de los acontecimientos que nosotros mismos anticipamos en una cadena que muchos llaman Karma, otros Eterno Retorno y muchos 'consecuencias'. 

En realidad, es duro entender por qué es difícil aceptar la derrota a sabiendas que es el merecimiento más natural de todos. Por ello, la victoria genera tanto desenfreno y errores, porque en esos estados de manía nadie se controla. El éxito se va en cuestión de instantes y su alegría aún más y por ello la gente hace lo que sea con esos segundos de felicidad triplicando los segundos de éxito con minutos de duda. 

Y así. No hay más qué contar. Usted bien lo sabe, solamente que no se pone a pensar estas bobadas. 

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