En las ocasiones anteriores de dialogar con la artista,
nunca había caído en el sentimiento de preguntar por una canción de principio de siglo
denominada ‘Se me acabó el amor’. La conocí, por coincidencia, hace algunos
meses, cuando comprendí que ese manantial enorme de energías existenciales,
como el amor, sí se puede dosificar o, por defecto, detener.
“Quería hacer música romántica… Momentos de introspección
y reflexión, pero también de bulla y alegría. Lo más importante en este tipo de
canciones creo que es nuestro sello, es la manera de conectarnos con esta
canción y poner nuestra voz al servicio de una canción, no la canción al
servicio de una voz”, me ripostó la cantante cuando le pregunté sobre la
esencia y la fuerza que tiene esta pieza para voltearnos patas arriba en cuanto a emociones se refiere.
Escuche la entrevista en este audio